Por la década de los años setenta del siglo XVIII para diferenciarlas de las materias correspondientes a la tendencia humanística prevaleciente de la época (Teología Moral y Escolástica, Filosofía, Gramática, Latinidad, Retorica, …) a las cátedras de Matemáticas, Física y Química se les considera como materias de tipo científico y útiles a las actividades productivas de la entidad.