La proclamación en 1788 de Carlos IV como nuevo Rey de España, dio lugar a que don Ignacio Costera y don Bernardo Bona vía hicieran la propuesta al Virrey de Revillagigedo de construir dos estatuas ecuestres en honor tanto del nuevo Rey Carlos IV, como de su antecesor Carlos III.
Cierto día “El caballito de Ortega” se aburrió de estar parado en un solo pié sobre un pedestal de labrada cantera rosa, en lo alto del parque “Sierra de Álica”.
En el capítulo primero señala que es importante la generación de ideas para el proceso de investigación, pero hace hincapié que no cualquier idea sino de buenas ideas, nuevas interrogantes y cuestionamientos basados también en muchas ocasiones en una revisión bibliográfica sobre la idea, que puede provenir de diversas fuentes.
La obra arquitectónica es partícipe constante del hacer humano, en el trascurrir de la historia está presente y aunque nadie es ajeno a ella, parece pasar desapercibida ante la cotidianidad.